piedra y espejo de la montaña

piedra  y espejo de la montaña
ciudadela del Machu Pichu

foto de un poster de Miguel Hernández

foto  de  un  poster de Miguel Hernández
en octubre en Madrid

qué dirá?

qué  dirá?
bellísimo muro

flor de jacarandá

flor  de  jacarandá
flor mojada

domingo, 15 de agosto de 2010

primer relato de Lisboa-nara osés

1-En el bar Brasileira, Baixa de Chiado, encuentro al contacto, remera negra con un puño, había dicho. Caminamos en silencio, tanto que no ví a Fernando Pessoa sentado, invitando a acompañarlo . Seguí al hombre joven mirando en la ciudad antigua de Lisboa, un monumento a la izquierda, y tomamos una callecita hacia la derecha. Subimos y llegamos. El sitio estaba colmado de gentes, pidió sentarnos en unas banquetas ya ocupada. Un hombre robusto, pequeño, de lentes gruesos, oficiaba de jefe. Iba y venía por el sitio, controlándolo todo. Me sentí ansiosa. El contacto me señaló al poeta viejo. El jefe se acercó a un equipo, bajó la luz, y todo comenzó.
Dos guitarras, una de ellas portuguesa, más gorda y de doce cuerdas. El jefe cantó fados. Tres. Vibramos todos. A medida que pasaban los ratos , iba nombrando a cantores y cantoras, que se acercaban , y fadeaban. Algunos tristes , otros no. Sentimientos intensísimos. Gente fuera de la tasca, escuchando y el jefe , cada tanto pidiendo silencio con un sonido firme, sin cruzar su boca con el dedo índice.
Fados que me recordaron a tangos, y a música andaluza, y por momentos a algunas gaitas. En la mesa, otro contacto dijo en catalán, el fado trae la ausencia y la presencia, a la vez. Tasca da Chico.

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