Creo que la pregunta para la literatura en general es, ¿por qué uno lee? Uno lee para enriquecer su mundo. La lectura tiene una función en tanto y en cuanto nos agrandan la cabeza, ¿para qué otra cosa leemos? Si uno no se hace más rico, más abierto a la experiencia del mundo, más sensible, más humilde, menos necio… ¿para qué sirve leer?
Muchas veces el problema en la escuela es la tendencia a la formalización y a la clasificación. Entonces, por ahí se propone en la escuela la lectura de historieta, pero enseguida se convierte en un análisis de terminología: las viñetas, el globo y el paratexto, etc., dejando de lado la relación afectiva con el texto. Lo mismo pasa con los análisis de texto.
Si no podemos transmitir que la lectura te agranda el mundo, te hace menos tonto y que es una manera de agrandar la experiencia, no sirve de mucho. La escuela tiene que ser el espacio de abrir la cabeza. Esa tiene que ser la primera pregunta: ¿por qué escribe la gente y por qué lee?
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